Y suena el despertador y otro día comienza. De nuevo el mismo ritual de todos los días. Sin prisa pero sin pausa. ¿Eres de las que no son persona hasta que no se han tomado su primer sorbo de café?, o de las que prefieren no mirarse en el espejo, o al menos no hacerle demasiado caso al sujeto/a que se asoma al otro lado del espejo, para darte los buenos días, hasta diez minutos antes de cerrar la puerta de tu casa y salir pitando... Al cole, a hacer el primer recado, al trabajo. Piensa por un minuto en qué momento tomaste conciencia de ti, ¿Cuando te has querido un poquito?. ¿Lo has hecho de verdad? .
Debería de estar prohibido salir a la calle, al feroz mundo exterior sin apreciarse un poco. Desde el interior, debes de sacar un poco del cariño que seguramente guardas para los demás y dedicartelo a ti misma. No es egoísmo. De eso siempre hay. Pero es que tu primer pensamiento de la mañana debe ser para ti. Porque con él vas a tener que soportar todo el día que se te viene encima.
Mímate y dedícate un minuto,solo uno, o medio, para verte guapa. Porque te lo mereces. Mírate al espejo y siéntete bien. Nadie te lo tiene que decir. Haz brillar el hechizo que llevas en ti. Hechizo de Plata.
