Aún hay personas que sienten vergüenza de decir que acuden al psicólogo, y eso que en los últimos años el concepto que se tiene sobre la labor de estos profesionales ha mejorado notablemente. Con todo aún hay quien considera que si se va a la consulta de un psicólogo es porque no se está en sus cabales.
El objetivo del trabajo de un psicólogo es ayudar al paciente a detectar cuál es el origen de su malestar y a encontrar una solución para el mismo. Y es por los propios psicólogos por quien debe comenzar el proceso de informar bien sobre cuál es su trabajo para que el resto de la gente lo entienda y salga del generalizado error en el que están.
Dicho esto, hay que tener en cuenta cuando es el momento en el que nos puede convenir acudir a una consulta de un psicólogo, y no es otro que cuando consideremos que no nos encontramos bien. Pero esto no quiere decir que en el momento en que estemos tristes o desanimados haya que acudir al diván de un profesional a que nos soluciones los problemas.
Es normal atravesar momentos en la vida en los que no somos felices, por distintas razones, como puede ser la pérdida de un ser querido, el suspender un examen, que nos deje nuestra pareja, etc. En estos momentos no hay que ir al psicólogo, es el tiempo el que se encarga de curarlo.
Ahora bien, si el sentimiento de malestar es algo habitual a lo largo del tiempo, sin causa aparente, y además quien lo padece es consciente de ello y además tiene el sentimiento de que no puede luchar contra ello es el momento de pedir ayuda a un profesional.
