¿Quién no ha oído alguna vez que el blanco combina con todo? ¿Quién no se ha decantado alguna vez por este color ante la duda? Optar por el blanco supone en muchas ocasiones apostar sobre seguro, pero en decoración en otras ocasiones puede convertirse también en una decisión atrevida, e incluso arriesgada. Y utilizarlo en determinados espacios o en algunos muebles puede suponer toda una declaración de principios.
Pero seamos prácticos y vayamos sobre seguro. Aunque el blanco puede parecer visualmente poco atractivo, se trata de un auténtico comodín que permite efectivamente no sólo combinar con otros colores, sino que facilita también la combinación de todo tipo de materiales, sean maderas, metales, plásticos, textiles… y más aún si se trata de decorar espacios con suelos de maderas.
Muchos decoradores optan por paredes blancas, entre otros motivos, porque suelen ser más económicas, crean armonía, desprenden sencillez y a su vez elegancia, ofrecen luminosidad, crean amplitud y pulcritud, y son un clásico, es decir, no pasan de moda.
El secreto reside en la elección de los complementos, espejos, cojines, cortinas, cuadros, alfombras, y en la combinación de los colores; neutros si se prefiere una decoración con aire romántico; verdes, para transmitir frescor; grises para expresar modernidad; tonos chocolate, para obtener calidez, o, simplemente colores llamativos –¡ojo! sin pasarse-, para mostrar personalidad. El secreto está en intentar mantener un equilibrio.
Los fanáticos del color blanco tenéis en el apartado inspiration gallery de la Web de tinekhome fantásticos ejemplos de decoración en blanco.
Atrévete a combinar, es divertido y los resultados pueden ser muy personales y originales.
Fuente: Blog Inmobiliario de yaencontre.com
