El amor como estilo de vida

Las relaciones son un aspecto fundamental en la vida humana y quizás ellas sean la clave para alcanzar la verdadera felicidad. Nunca es tarde para comenzar a vivir con un corazón abierto, que no teme entregar amor. Acepta la diversidad en la cual el amor puede presentarse. No huyas de las situaciones tensas y difíciles, trata de cambiarlas, puesto que si tienes algún conflicto con alguien, aunque te alejes de esa persona el problema estará ahí donde tú estés. Aprende a hacer del amor un hábito y dedica tu vida a él. Mientras más pase el tiempo comprenderás como este estilo de vida puede hacer que nada externo posea poder sobre ti a menos que se lo permitas.   

Tu amor es un sentimiento demasiado precioso como para reemplazarlo voluntariamente con emociones penosas como el odio,  los celos y la envidia. Con un corazón abierto aprendemos a no a castigar a la gente por lo que son, sino a aceptarlos.  El amor nos persuade de respetar a las personas, honrando sus decisiones, incluso cuando no estamos de acuerdo con ellos o cuando de algún modo nos perjudiquen.   

Este estilo de vida nos llevará a aprender a no reaccionar a la negatividad de las personas, lograremos ignorarla, dejarla pasar; sin caer en ese viejo hábito de intentar devolver el golpe. Sólo el universo y la naturaleza pueden crear la magnificencia de una flor, pero cualquier tonto hacerla pedazos.   

Verás cómo al vivir en armonía y con amor hacia el resto serás una inspiración para otras personas. Hasta el más ciego podrá apreciar ese brillo inconfundible en los ojos del que ama al prójimo: no lo cuestiona, lo acepta con sus virtudes y defectos. No permitas que las dudas invadan tu corazón ante la primer dificultad. Los grandes maestros espirituales, como Buda o Jesús, dejaron en claro que no venían a este mundo a erradicar el dolor, sino a enseñar cómo superarlo. Las enseñanzas fueron claras: Aprende a amar a tu prójimo tanto como te amas a ti mismo.