El Enoturismo va mucho mas allá de ser “el turismo del vino”, aquí no se habla de vino; Aquí se habla de leyendas, de formas de vida, de actitudes y de valores. Los valores que se transmiten al optar por beber un vino Ribera del Duero o Rioja. Un Protos o un Muga. Simplemente esto.
Son muchas las opciones enoturisticas que ofrece el panorama vitivinícola español. La ruta más asentada, con muchos años de recorrido y de distancia del resto de seguidores, es la Rioja. La que mas esta creciendo y mas interés esta despertando día a día en los curiosos, la Ribera del Duero.
Es difícil explicar porque ahora interesa y antes interesaba menos.
El vino siempre ha existido, siempre ha estado ahí. Lo que no siempre estuvo y ahora esta cada vez con más frecuencia y con más fuerza, es el ARTE. Las grandes bodegas de las denominaciones de origen se están erigiendo en Museos, en Catedrales diseñadas al servicio del vino por los grandes genios de nuestra época: Richard Rogers, Calatrava, Norman Foster…grandes arquitectos que han transformado bodegas en Santuarios; En espacios dignos de ser admirados. Y esto ha calado hondo en la sociedad. Hoy en día decir “no me gusta el vino” es tan aberrante como decir “no me gusta el arte”. ¿Cabe en una mente del S.XXI esta afirmación?.
Detrás de cada botella se esconde una leyenda que merece ser descubierta. No entendí lo que era mi equipo de fútbol hasta que mi padre me llevo al estadio para sentir una afición. Abrí los ojos en aquel Coliseo y sentí que estaba en la plenitud de la grandeza. Nadie tendría que explicarme ya nada más; lo entendía todo.
Una botella de vino no es una bebida, es un proceso de elaboración que marca diferencias entre calidades y precios. Conocer este proceso es resolver la incógnita de la ecuación del placer. Las Catedrales del Vino solo enseñan sus encantos a los que se atreven a visitarlas. Hay experiencias que bien valen una botella de vino. Hay Bodegas que bien valen una experiencia.