La tecnología de microcámara e iluminación led, así como las posibilidades de la electrónica digital y los materiales técnicos especializados posibilitan la fabricación de cámaras para la inspección vertical ligeras, de fácil uso y con todas las funciones necesarias para la elaboración de un diagnóstico preciso sobre el estado del conducto vertical.
La inspecci& oacute;n vertical con boroscopio es la forma más rápida para determinar el estado de un conducto o tubería, ya que no requiere ningún tipo de preparación previa, tan sólo posicionar la cámara para inspección vertical en la boca del conducto y dejar caer el cabezal para ir viendo y grabando el interior.
Gracias a la alta resolución de imagen y con la ayuda del zoom, el profesional puede realizar un diagnóstico preciso sobre el estado del conducto, ayudándose de otras funciones como el odómetro que determina a que profundidad se encuentra aquello en lo que se debe intervenir dentro del conducto.
La tecnología digital que incorporan los equipos de inspección vertical posibilita poder realizar grabaciones de las sesiones de inspección en formato vídeo, fotografía y audio. También se pueden sobreimprimir líneas de texto sobre las mismas desde un teclado habilitado para esta función.
En la actualidad existen equipos para inspección vertical ligeros y portátiles, con un coste más que asumible en comparación con todas las ventajas y rendimiento que se obtiene de él.
Cada vez más profesionales utilizan cámaras para la inspección de conductos verticales como pozo, perforaciones, chimeneas, patinillos de instalaciones, etc.
Las cámaras para inspección vertical son un tipo de boroscopio diseñado para ser utilizadas en entornos de trabajo en los que hay presencia de agua, superficies duras donde es habitual que se produzca erosión en el arrastre, por tanto, la cámara para inspección vertical es un equipo provisto de materiales resistentes como el acero o el cristal zafiro para que su uso sea como el primer día por muchos años.
