El Código Técnico de la Edificación (CTE) entró en vigor en marzo de 2006, cuando se aprobó el Real Decreto 314/2006. El objetivo del Código Técnico era mejorar la calidad y promover la sostenibilidad de los edificios. Al tratarse de una normativa especialmente extensa y compleja, se implantó en su totalidad a través de un régimen transitorio que finalizó un año después de su entrada en vigor.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) modernizó el marco que regulaba el Real Decreto 1650/1977 que estableció las Normas Básicas de la Edificación y que aprobó diversas normas que nunca llegaron a formar un conjunto coordinado.
El Código Técnico de la Edificación, además de unificar la normativa sobre esta adecuó la reglamentación nacional sobre edificación a las disposiciones de la Unión Europea. La CTE también habría de contribuir al desarrollo de las políticas del Gobierno español en materia de sostenibilidad, en particular del Plan de Acción de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética.
El Código Técnico de la Edificación (CTE) incorporó a la edificación el desarrollo de los requisitos que pretenden mejorar la seguridad estructural, la protección contra incendios, la seguridad de utilización, la salubridad, la protección contra el ruido y el ahorro energético. El Código Técnico de la Edificación influye en el edificio de una forma global y algunas exigencias se incrementan de forma importante, como las de protección frente al ruido.
Ámbito de aplicación de la CTE.
El Código Técnico de la Edificación afecta a todos los ámbitos de la construcción de edificios, públicos y privados, cuyos proyectos precisen disponer de la correspondiente licencia o autorización legalmente exigibles. Es de aplicación el CTE a las obras de edificación de nueva construcción, excepto a aquellas construcciones de sencillez técnica y de escasa entidad constructiva, que no tengan carácter residencial o público, que se desarrollen en una sola planta y no afecten a la seguridad de las personas.
