Durante toda su historia el hombre ha luchado con todas sus fuerzas para obtener de la vida ciertas recompensas que podríamos resumirlas en una palabra, dinero.
Por otra parte nos encontramos con que la gran mayoría de estos luchadores no logran sus objetivos, se unen a la gran masa cumpliendo con una rutina que los condena a la inmovilidad.
A partir de esta realidad la pregunta es obligatoria ¿Qué hace que algunas personas (unas pocas) alcancen su objetivo, mientras otras (la gran mayoría) no logran avanzar hacia sus metas?
Es imperativo el análisis de estos temas, de lo contrario nos mantendremos en el mismo lugar viendo como aquellos valientes, asumiendo riesgos y verdaderos retos son premiados por la vida y terminan conquistando sus metas, haciéndose dueños de su propio destino y alineándose con las leyes de la naturaleza.
Sin quitarle importancia al papel que juega el dinero en nuestras vidas, debemos reconocer que el verdadero premio, el fruto de la vida es el hecho de conocernos a nosotros mismos y mejorarnos lo más que podamos.
Es la valentía, la fuerza de voluntad, el amor incondicional, la pureza en nuestros pensamientos, palabras y acciones, las virtudes que le dan color a la vida. Al lado de tales ideas el dinero, amigo mio, parece insignificante.
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Autor: Miguel E. López
