La corrupción y el mundo de las apuestas existen desde que se inventaron los deportes, lamentablemente la cantidad de dinero que se mueve en el mundo de las apuesta, es en ocasiones mayor al que se puede tener presupuestado para la creación de todos estos eventos.
Imagínese que hasta en unas carrera de motos de niños con motos 125 puede verse opacada por el mundo de las apuestas, donde estos chicos corren simplemente por diversión y tener en sus manos un trofeo o una medalla por su ejecución dentro de la competencia. Desde que salieron las motos, se empezaron a fabricar las motos chinas, desde que salieron los autos empezaron a manufacturar los autos chinos, así que desde que salieron los deportes están las apuestas, y en su mayoría los grandes centros de apuestas para los que creen que están en las vegas, pues están en china.
Las apuestas son un vicio, y como muchos otros vicios, este es muy difícil de dejar. El apostador normalmente tiene suerte al principio para poder quedar enganchado con el juego, pero luego de un tiempo que empieza a perder y con la fe que tiene de que en algún momento pueda ganar, pues pierde mucho más de lo que invirtió e incluso mucho más de lo que pudiese llegar a tener.
El que de verdad tiene mucho dinero en su haber, no le importa perder un poco en una apuesta; para este el apostar y ganar no es el hecho de hacerse un poco más rico sino algo de poder, de quitarle un poco al otro y este se sienta humillado y degradado frente a él. En cambio el que juega por enriquecerse, tiene mucho que perder, ya que estará haciendo uso de un dinero el cual pudiese tenerlo destinado para algo importante en su vida y para su familia, y perderlo en cuestiones de minutos; en ese momento ya es un vicio y una enfermedad.