El enfoque de esta nota es encontrar el modo de pensar que permite considerarse a una persona como afortunada. Está bien querer convencerse una persona afortunada. Pero, ¿cómo? Y lo más importante… ¿cómo actuar en consecuencia?
La primera pista es sin dudas la más evidente: basta con decir que el vaso está medio lleno y no medio vacío. Hay que rescatar la buena suerte en cada episodio que se nos cruza en la vida.
Un obstáculo para el buen funcionamiento de tu día debe ser capaz de aumentar tu capacidad de adaptarte a cualquier situación. Si te adaptas a cualquier situación te permitirás tener un mayor control sobre los acontecimientos.
Cualquier adversidad se convierte en una oportunidad para finalmente probar tu valor real. La buena suerte siempre está más cerca de lo que creemos, y encontrarla no es una tarea imposible.
Debes ser proactivo y no reactivo. Ser proactivo es tomar el control de tus eventos diarios. Cualquier amenaza puede convertirse en una oportunidad de demostrar tu valía. Todos los fracasos son experiencias del pasado que te impiden la repetición de errores.
Si la mala suerte viene de todos modos, aún cuando se han aplicado todos los consejos anteriores, entonces sí, tal vez la buena suerte no esté de tu lado, pero tú pueden encontrarla. Pon lo mejor de ti, con optimismo y buena vibra todo puede conseguirse.
La buena suerte puede estar más cerca de lo que creemos, solo que muchas veces nos cuesta encontrarla. Pero si pensamos en positivo y rescatamos lo bueno de cada cosa que nos ocurra, la buena suerte estará siempre de nuestro lado.
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