Hoy en día, se ha dejado de ver al proceso de etiquetado de un producto como un requisito del mismo para convertirse en parte fundamental de éste dentro de su evolución. No importa el estilo, tamaño o color si al final de cuentas se cumple con la función de transmitir la información necesaria para el cliente sobre el producto a vender y su procedencia, así como los elementos que se utilizaron para su fabricación. Algunas veces se incluyen también algunas precauciones y recomendaciones.
Existen distintos tipos de etiquetas para cada producto. Una de ellas es la de marca, la cual cumple con la función de distinguir, como su nombre lo dice, la marca de éste. Puede ser parte del producto o adherida al mismo, lo importante es que sea visible fácilmente.
Los aplicadores de etiquetas también trabajan con las de tipo descriptivo, las cuales transmiten información importante sobre el producto, así como con las que son llamadas “de grado” por su función de señalar la calidad del mismo. Cada una de ellas cumple con una función en específico, es por eso que no es necesario elegir solamente una de ellas, ya que juntas reúnen información importante para el cliente o consumidor.
