En esta vida hay muchas cosas que nos gustan a las mujeres pero quizás de todas esas cosas una de las que más nos atan como un imán son los zapatos. Zapatos bonitos, zapatos de marca, de moda y ultra femeninos. A casi todas nos encantan y cuando vemos un par bonito no podemos evitar ir a donde ellos y tocarlos. Una experiencia así tuve la semana pasada cuando fui a comprarme unas botas de invierno en las rebajas, de hecho un poco tarde pues no encontré ninguna que me gustara y que cumpliera con mis requisitos, tendré que anotármelo para el año que viene.
En fin, me metí en una tienda por departamento algo fina y me puse a mirar que es lo que le quedaban y lo nuevo que tenían, de repente los veo. Unos zapatos de la nueva colección: primavera-verano, de piel marrón, con tacón alto y un aro de oro en los tacones. Una cosa bella de zapatos que me atrajo hacia ellos de una forma automática, magnética como un imán que hala un pedazo de metal. Inmediatamente los agarré en mis manos, bellos, perfectos, de material fino y de calidad. Se sentían tan bien en mis manos y a pesar que tenían su algo de plataforma no pesaban.
Pensé, si se sienten tan bien en mis manos, mis pies deben de sentirse en la gloria con ellos, haciendo sentir a cualquier mujer como una diva por la calle. Quizás no eran los más cómodos para caminar pero todo eso queda en segundo plano cuando los ves, los tocas, te los pones y ves lo bello que se ven tus pies en ellos. Para decirte la verdad, ni siquiera pensé en ello cuando los tenía en mis manos. Eran de la marca Guess, precio 185 euros, sinceramente muy caro para mi presupuesto, pero soñar no cuesta nada y ya yo soñé caminar con ellos por las calles de mi ciudad. Que experiencia….! Lamentablemente los de esta foto no son, no tengo foto de ellos, si algún día se la encuentro, se las posteo aquí.
