El origen de los vestidos de flamenca se remonta a la indumentaria con la cual, las mujeres iban a las antiguas ferias del ganado
La mayoría de los comerciantes de estos eventos eran mujeres gitanas y campesinas, y sus vestimentas eran simples batas rematadas con dos o tres volantes. Con el tiempo estas prendas, por lo que realzaban la figura femenina, se fueron poniendo de moda, de forma que las clases más altas, empezaron a copiar a las pobres campesinas y a acudir a las ferias con tales atuendos. Los vestidos de flamenca han ido evolucionando con los años. Así la rudeza de los primeros tejidos fue dominada por la aparición de volantes, que ilustraban al andar un aire más saleroso.
Las tendencias fueron modificándose con el paso del tiempo; escotes de pico, redondos, cuadrados o incluso altos, pelo recogido, suelto, talles ceñidos que se despliegan en las caderas como si de una flor se tratase y los complementos, muy importantes en los últimos tiempos: flores en el cabello, collares, pendientes y mantoncillos.
La gran exposición celebrada en Sevilla en el año 1929 valió como coronación del vestido de flamenca y en ella se obtuvo la aprobación de gran parte de las clases altas como vestimenta fundamental para asistir a la Feria.
Así pues la moda flamenca está en auge en nuestro país a día de hoy. Muestra de ello es la cantidad de desfiles y diseñadores dedicados exclusivamente a los trajes de flamenca, como por ejemplo el salón internacional de moda flamenca, SIMOF que ya va por su décimo sexta edición. Modelos de la talla de Nieves Álvarez, Eva González, Marisa Jara, Maria José Suárez, Mireia Canalda y Elizabeth Reyes son las estrellas, entre otras muchas, de las pasarelas de SIMOF, donde las grandes firmas españolas e internacionales y diseñadores muestran sus colecciones que se lucirán como cada año en la Feria de Abril de Sevilla y en otras muchas ferias más.