La otra cara del fútbol

La otra cara del fútbol

Para mucha gente, el fútbol es una filosofía de vida, un motor de ilusiones o desdichas, según sea el devenir de su equipo;  para otros tantos, una vía de escape por la que fugarse durante unas horas de la vorágine diaria de la vida. Si de algo no hay duda, es de que el balompié es un espectáculo de masas que mueve miles de millones de euros a su alrededor. Sus números no dejan lugar a duda, supone el  1,7% del  P.I.B  general  y el 2,5% del P.I.B del sector servicios.  Oferta 85.000 puestos de trabajo, directos o indirectos, éstos son solo algunos datos de la importancia de este deporte, pero hay otras circunstancias que rodean al fútbol y que no son tan agradables. La aparición de apuestas vinculadas al fútbol y el posible amaño de partidos, hace que todos aquellos que amamos este deporte sintamos nostalgia de tiempos pasados.<!--more-->La compra de equipos por jeques árabes, indios, o magnates el petróleo, convierte el fútbol en un circo de compra-venta de jugadores que lo único que provoca es la pérdida de las raíces y la identidad de estas instituciones, el resultado de estas transacciones en algún caso será devastador para la sociedad en cuestión.

Por otro lado, está la violencia en el fútbol, tanto física como verbal, muchas veces hemos visto en televisión como  se producen peleas entre hinchas de equipos rivales con resultados lamentables, muchos de estos energúmenos ponen en evidencia la carga emocional que arrastran de otras cuestiones que nada tienen que ver con el deporte.

La violencia en el futbol se relaciona con grupos ultra, pertenecer a un sector agresivo de estas bandas es la única oportunidad que tienen los débiles de trascender sus limitaciones, porque los demás se convierten en parte de él mismo y le conceden el coraje que no tiene.

Por último, está la violencia verbal que se manifiesta en el racismo y en la pérdida de valores de una sociedad cada día más corrompida, a nadie extraña ya escuchar gritos racistas en un campo de futbol, la humillación hacia determinados jugadores solo por tener un determinado color de piel es constante cada semana.  Desearle la muerte a un entrenador, jugador o árbitro deja al descubierto las miserias del ser humano y sobre todo el nivel educativo y cultural de una sociedad cada día más pobre.

“La violencia es siempre un acto de debilidad y generalmente la operan quienes se sienten perdidos”.  (Paul  Valery)

www.futbolopinion.com

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