Un fondo de inversión está compuesto por varios elementos y deben considerarse varias cuestiones antes de invertir en alguno. Sin embargo, la característica que generalmente nos interesa más es la rentabilidad. La rentabilidad de un fondo de inversión, en pocas palabras es lo que al final de cuentas y después de todo, nos deja. La renta que genera una inversión también es conocida como rendimientos o beneficios.
Los fondos de inversión funcionan según su rentabilidad. La renta fija es cuando ya se conoce una tasa fija de interés acordada desde el principio de la inversión. Los fondos de inversión de renta variable tiene que ver con las ganancias, es decir, rendimientos que vaya obteniendo el fondo de inversión en el cual decidiste invertir. Además de que también afectan las condiciones de la oferta y demanda que existen durante ese lapso de tiempo en el mercado.
Aún así, uno no puede conocer al cien por ciento la rentabilidad que puedas obtener con el fondo de inversión que elegiste. Además, es importante reconocer que probablemente el rendimiento sea mayor en aquellos fondos de inversión que no sean de renta fija, ya que se asume un mayor riesgo. Aunque la rentabilidad del fondo de inversión sea lo que más nos interese, no es lo único pero si el propósito de nuestra inversión, nunca está demás verificar, estudiar, analizar y darle seguimiento al resto de las características de los fondos de inversión.