Es un hecho decir que la calidad de la salud del mexicano está fuertemente ligada al nivel socioeconómico al que pertenece y esto no ha sido más que resultado del sistema de desigualdad del que todos somos parte. Según investigaciones sociales, se muestra que en vez de una cultura de prevención, el mexicano posee una cultura de curación una vez que ya se ha visto afectado.
Esto ha traído consigo miles de graves padecimientos en el país, entre los que sin lugar a dudas destaca la obesidad, que ha posicionado a México como el país número uno en padecimientos de obesidad según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Es más de la mitad de la población adulta la que padece de sobrepeso y es más del 20% de la misma la que sufre ya de obesidad, lo que resulta ser un factor clave en el índice de mortalidad por año en el país. Los malos hábitos alimenticios del mexicano son un claro reflejo en estas cifras y sin duda alguna es preferible encontrar una solución pronta a este problema, que lamentar sus consecuencias. Por ello, las autoridades han estado trabajando en la creación de nuevas leyes que fomenten una mejor alimentación en la población desde su corta edad.
A. Verástegui
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