Me niego a colgar los tenis

Me niego a colgar los tenis

Miro mis Converse, desgastados, las agujetas de uno son diferentes a las del otro, la suela ya se comporta de manera independiente. Eran rojos y ahora parecen rosas. Debo comprarme otros zapatos, lo sé.

Mi mamá se empecina en que compre unos zapatos más de vestir, decidí darme a la búsqueda de un par decente. No sé por dónde empezar, toda la vida he usado los mismos tenis, incluso cuando fui a esa organización de boda en Guadalajara, combiné mi vestido de cóctel con unos converse negros de botita.

No sé qué pero le ponen a mis tenis, si pueden considerarse un clásico en la historia de la moda. El nombre de este calzado se debe a su creador Marquis Mills Converse. En 1917 sale al mercado el primer modelo Converse All Star, una de los primeros tenis de baloncesto de alto rendimiento del mundo. En 1918 el jugador de baloncesto Chuck Taylor se pone unos Converse All Star convirtiéndose en el primer promotor de la firma.

A partir de 1950 Converse se asocia a la moda juvenil, las estrellas de cine y la rebeldía. En los años sesenta se incorpora el modelo de corte bajo y se comienzan a maquilar modelos de colores, ya que antes sólo había blanco y negro. En los 70 los jóvenes percusores del punk adoptaron este modelo. Al paso de los años los Converse marcan una relación estrecha con la música, el deporte, la moda y sobre todo la cultura pop. Así que estoy segura que el día que me case, mi vestido de novia lo combinaré con unos Converse blancos.

No me pidan por favor que me compre unas botas Andrea o unas sandalias con bisutería de fantasía, no van conmigo. Yo eternamente seré de la idea de que lo clásico no pasa de moda y que a pesar de que el vestido parezca de muñeca, unos buenos Converse dejan ver mi verdadera ideología.

Lorena Somocurcio

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