¿De visita por el sureste mexicano? Felicidades, esta es una “nación que no se parece a ninguna otra”, es un sitio donde convergen distintas culturas: la mexicana, la árabe y la cubana, pero todas giran en torno a un corazón maya que late con mucha vitalidad. Su lenguaje, sus tradiciones y su cosmovisión se entrelazan con otras aportaciones culturales para darle a Mérida un sabor contrastante, dicharachero y elegante del que sin duda te vas a enamorar.
Sólo necesitas pasar una tarde en las calles y plazas de Mérida. Te sorprenderá ver la gran cantidad de mujeres que pasan con sus bellos hipiles bordados, con el cabello recogido en un chongo. Piel morena, menuditas, a veces con su rebozo o su canasta del mercado, estas mujeres van platicando entre ellas… ¡en maya! Se reúnen en las esquinas, bajo la sombra de los árboles, en las bancas de los parques.
Los hombres yucatecos también hacen su parte: al atardecer, cuando han concluido sus labores, abren las puertas de su casa y se sientan ahí a charlar con el vecino en el agradable frescor que anuncia la noche. También morenos, sonrientes, con el sentido del humor tan dispuesto, así son los yucatecos, los mayas de hoy.
Para conocer la fusión de culturas que define a Mérida, es necesario disfrutar de una vaquería. Los bailes suenan a mestizaje: el zapateado, los vestidos de gala, blancos y bordados, las guayaberas de los caballeros… Entre danza y danza habrá tiempo para disfrutar las tradicionales “Bombas”, versos lúdicos cargados a veces de picardía. Podrás disfrutar este gran espectáculo todos los jueves en el parque de Santa Lucía, en las cercanías del Centro Histórico de Mérida.
