Si se está haciendo la pregunta y leyendo este libro, probablemente la respuesta es SÍ. La prueba de VIH de rutina es ahora recomendada para todos aquellos adultos y adolescentes, lo que significa que todo el mundo debería de saber cual su estado respecto al VIH. La única forma de descartar esta opción es si la persona nunca ha tenido relaciones sexuales o compartido agujas, pero la sociedad estaría mejor si se olvidará de los “grupos de riesgo” y simplemente realizarán pruebas a toda la población. En la actualidad existe una prueba simple, económica y muy precisa para una enfermedad que se transmite de persona a persona y que puede llegar a ser fatal sin el debido tratamiento. Es un delito que tantas personas no sean diagnosticadas hasta que se encuentran en estados avanzados del VIH.
Las personas usualmente se hacen la prueba porque tienen miedo de haber sido contagiadas en un episodio específico. Una prueba con resultado negativo, tres meses después del evento, es muy tranquilizador; pero para una certeza del 100%, la prueba se debe tomar 6 meses después. Las personas sexualmente activas —sobretodo quienes tienen sexo sin protección— deben tomar la prueba cada 6 o 12 meses, en vez de tomar la prueba basados en la exposición riesgosa.
Una vez aclarado que es importante que la población en general tome la prueba, parece redundante dar otras razones para hacerlo, pero aquí hay otras. Hacerse el examen es especialmente recomendado para personas quienes hayan tenido alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS), tales como, hepatitis viral, tuberculosis, herpes o problemas que puedan haber sido causados por infección del VIH (perdida de peso o diarrea crónica). Todas las mujeres embarazadas deben de tomar la prueba, dado que el tratamiento puede prevenir que el recién nacido se contagie.
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