La carga viral (ARN VIH) mide la cantidad de VIH en la sangre, es una medida de la actividad del virus y que tan bien está funcionando el tratamiento; en conjunto con el conteo de CD4 ayuda a tomar decisiones sobre el inicio del tratamiento.
La carga viral puede variar desde muy baja (menos de 50 – 75 copias genéticas por mililitro de sangre) a muy alto (millones de copias). El punto más alto ocurre durante el síndrome retroviral agudo o en personas en estado avanzado de la enfermedad. Cuando el tratamiento es efectivo, la carga viral es muy baja, casi indetectable (inferior a 50), que sea indetectable no quiere decir que no haya virus, simplemente significa que la carga viral es muy baja como para que aparezca en pruebas de sangre estándar.
La carga viral debe ser medida regularmente (cada 3 o 4 meses) sin importar si el paciente cursa un tratamiento o no, pero es importante que una vez iniciado el TAR las pruebas de carga viral se hagan con frecuencia puesto que esto evidenciará si los medicamentos están siendo efectivos o no. La carga viral debería de disminuir 10 veces durante el primer mes de tratamiento (por ejemplo, de 100.000 a 10.000) y debe ser indetectable dentro de los 3 o 4 meses siguientes, dependiendo de que tan alta estaba cuando se inició el tratamiento.
Si la carga viral es detectable de vez en cuando no es un motivo de alarma, puede ser algo pasajero, como una sola carga viral que es detectable en niveles bajos (de 50 a 1.000). Los brotes de este tipo aparecen como resultado de una variación de la prueba, puesto que esta no es 100% exacta, por lo que generalmente no llevan a nada. Evidentemente, solo se sabe si es pasajero, una vez que se repite la prueba, lo cual es importante hacerlo, puesto que una carga viral detectable puede ser indicador de que el tratamiento no está siendo efectivo.
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