Aunque la ley ha sido modificada para acelerar el proceso de reclamación, lo cierto es que estos conflictos suelen acabar en los tribunales.
Esto implica que, además de los plazos de tiempo que se van a consumir, tendremos que hacer un desembolso inicial de dinero. Por eso, como medida preventoria, muchos expertos aconsejan que se pidan algunas mensualidades de fianza, además de la que es obligatoria por ley. Pero, no nos engañemos, ni es posible en todos los casos, ni será suficiente para cubrir los costes de contratar a un abogado y procurador que se requieren para estas demandas.
Lo mejor sería llegar a un acuerdo amistoso. Algo que tampoco es lo más común. En todo caso, el primer paso es el de enviar un burofax al domicilio del alquilado en el que se le comunica la cantidad que adeuda y se le concede un plazo máximo para proceder al pago. Esta comunicación debe ser con acuse de recibo y certificado de contenido. Será uno de los documentos que tendrás que adjuntar si finalmente se llega al proceso judicial.
Además, en la demanda por desahucio y reclamación de deudas deberás incluir el contrato de arrendamiento y los recibos que se deben. Desde el momento que está le sea notificada, dispondrá de diez días para solventar el impago y, de esta forma, librarse del desahucio forzoso.
