Es interesante observar cómo a medida que los mercados de renta variable marcan nuevas subidas y las materias primas repuntan, seguimos considerando que atravesamos tiempos de incertidumbre. Y a pesar de que hay signos de recuperación económica global, es bueno recordarnos a nosotros mismos que el crédito sigue siendo escaso, lo que hace que falte la financiación para el consumo y la inversión. Aunque la mayoría está buscando algún tipo de consuelo a través de la implicación de los gobiernos, tenemos que recordar que una recuperación debe basarse en la demanda real, que es lo único que puede alimentar realmente a las empresas y los consumidores.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló una preocupación principal relativa a la caída de las inversiones en extracción de petróleo, oleoductos y refinerías, y es que aquello en lo que dejemos de invertir hoy, lo pagaremos mañana a través de la eficiencia del consumo de energía, al contribuir las empresas y los hogares a una caída de la demanda en términos de uso general. Y a pesar de que hay muchos conservacionistas que apreciarán el reducido consumo energético, especialmente de energías fósiles, lo que no invertimos ahora en eficiencia petrolífera, también lo pagaremos en el futuro.
La AIE cita específicamente a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) como un área de gran crecimiento, con unos niveles de crecimiento de hasta el 75% de la demanda energética en los próximos 20 años. Si bien los niveles de crecimiento parecen relativamente más saludables que en muchas otras áreas del planeta, el crecimiento de la demanda podría encontrar a su auténtica locomotora en la ANSA.
No conviene olvidar la contrapartida de la demanda: la oferta. Las existencias comerciales de los futuros EE.UU, de gasolinas, de productos destilados están en niveles que difieren ampliamente de la subida de los niveles del año pasado a estas alturas, con niveles que están incluso muy por encima de los típicos límites superiores de las existencias. Y además, la cobertura de suministro para los próximos días está un 13% por encima de las medias cíclicas. Aquellos de ustedes que tengan algo de experiencia en leer datos de existencias energéticas sabrán que generalmente la correlación entre los datos de las existencias y el precio del crudo, particularmente, es ligerísima. No obstante, la lógica del tiempo nos llevará a creer que unos influyen en los otros.
Cuándo finalizarán los tiempos de incertidumbre es una de las principales incógnitas que tratamos de resolver por ahora. A pesar de que existen signos de recuperación, podemos asumir con bastante seguridad que es muy probable que lleve algún tiempo. Si retrocedemos en el tiempo para observar el desarrollo del precio del crudo desde las subidas por encima de 148,00$, vemos que hemos recuperado rápidamente la mitad de las pérdidas, con el crudo WTI cotizando en la zona de 76,50$ actualmente.
El mercado ha dibujado una tendencia muy fuerte, incluso con un movimiento hacia los 68,50$ en la zona baja que lo deja en una tendencia alcista. Cualquiera que coteje del gráfico del índice S&P500 y el gráfico del crudo WTI comprobará que existe un elevado grado de correlación del precio. Muchos creen que si las acciones repuntan, tenemos un claro signo de recuperación. A corto plazo, esto ha resultado cierto.
Las tasas de desempleo en los EE.UU. recientemente publicadas han empujado la renta variable a la baja, y el crudo WTI ha bajado con ellas, lo que se tradujo en una pérdida de 2,00$ en ese día. Al día siguiente vimos ganancias en el crudo, en línea con las ganancias marcadas por la renta variable. Si dejamos la renta variable a un lado, los datos técnicos del mercado indican que el nivel de 76,50$ será el nivel clave a corto plazo. Si la correlación a corto plazo se sigue cumpliendo respecto de la renta variable y el petróleo, tendremos que ver una caída de las acciones antes de que podamos ver nuevas bajadas del crudo.
Por cuanto respecta al largo plazo, tenemos que estar seguros y examinar los datos fundamentales que circundan el mercado. Con esto en mente, debemos tener muy claro cuáles son los auténticos elementos que guían el mercado: la oferta y la demanda. Lo que también tenemos claro es que la demanda sigue siendo muy baja, con poca certeza sobre cuándo se impondrá definitivamente la recuperación.
La futura ineficiencia del petróleo será un elemento fundamental que habrá que considerar en su momento, y en líneas generales, salvo que se establezca a corto plazo, contribuirá a la subida de los precios. No obstante, el uso energético ineficiente tiene unos costes muy elevados, lo que no será bueno para la renta variable. En otras palabras, no se fíen demasiado de las próximas tendencias a corto plazo, porque el cambio hacia la recuperación pasa necesariamente por unos datos fundamentales sólidos.