Sepsis: cuando el neumococo entra en la sangre

Sepsis: cuando el neumococo entra en la sangre

Una drástica subida o bajada de la temperatura, escalofríos y temblores acompañados de manchas rojas. Son algunos de los síntomas del cuerpo de tu hijo para avisarte de que se encuentra enfermo de sepsis, una enfermedad que puede venir derivada de la acción del neumococo. No obstante la bacteria causa entre el 20 y el 25 % de esta infección en la sangre.

Las víctimas preferidas por la bacteria neumocócica para infectar son los menores de dos años. Además las personas que adquirieron el VIH tienen también altas posibilidades de ser objeto de un ataque infeccioso.

La sepsis comienza como una bacteriemia, esto es, la introducción de bacterias en el flujo sanguíneo. Al introducirse altera totalmente la composición del mismo: disminuye drásticamente el nivel de plaquetas y se altera el de glóbulos blancos, pudiendo haber tanto más agentes de defensas de lo normal como menos. Se puede originar tanto por una infección primaria como por fases agudas de enfermedades provocadas por el neumococo: otitis, neumonía o meningitis.

La mayor parte de las veces las bacterias son limpiadas por el sistema inmunológico, sin embargo hay ocasiones, como por ejemplo un cuadro neumocócico agudo, en el que la bacteria consigue sobrevivir y desarrollarse en el torrente sanguíneo. Así, la sepsis se convierte en el síndrome de respuesta inflamatoria sistemática.

La sepsis tiene una mortalidad del 20 %, sin embargo puede derivar en un cuadro más graves como la sepsis severa que provoca 1 muerte en cada 3 infectados, o  el shock séptico que aumenta las probabilidades de morir en un 50 %.

Pero mejor que los tratamientos a posteriori, basados en antibióticos, es la prevención. Existen vacunas como Prevenar 13 que ayudan a los niños a desarrollar anticuerpos contra el neumococo, principal causante de la bacteriemia.

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