Ser single es una declaración de principios, un estilo de vida con identidad propia,que va más allá de la soltería. Las estadísticas dicen que un joven que acaba launiversidad cambiará ocho veces de empleo antes de los 35 años y que cambiaráentre tres y seis parejas estables a lo largo de su vida.
El single aparece como un colectivo despreocupado por esta incertidumbre, queincluso valora positivamente su condición. Hasta tal punto, que su filosofía de vidaestá haciendo cambiar las pautas de consumo, las estanterías de los supermercadosy los modelos de ocio. Y es aquí donde las marcas deben estar atentas, y desarrollarestrategias de branding adecuadas a este colectivo.
Desde la agencia de branding Coleman CBX proponemos siete ideas para que lasmarcas se acerquen a este colectivo en “Son singles no solteros”. A continuaciónmostramos algunos de ellos:
1. Vender cambio, novedad
Como nada es para siempre, el single busca novedades; productos fácilmentereemplazables y que permiten “redecorar tu vida” tantas veces como sea necesario.Una filosofía que muy bien han entendido IKEA, las diversas colecciones anualesde Zara y las innovadoras y exclusivas ediciones de Nespresso.
2. Conectan con lo emocional
Frente a la racionalidad y practicidad típica de los modelos familiares tradicionales,el single se mueve por un consumo impulsivo, donde priman “las cuestiones emocionalesy los beneficios psicológicos4”, y especialmente todo aquello que le ayude a reforzar suautovaloración y su imagen.