Soy libre

Soy libre

Soy libre

El sentido de la libertad

El ser libre nos da la posibilidad de decidir y debemos asumir respon­sablemente sus consecuencias.

Soy libre para elegir mi destino, y cualquiera que éste sea yo soy el único responsable de la calidad de vida que poseo.

Soy libre para buscar permanentemente mi superación y soy res­ponsable de mi estancamiento y mi mediocridad.

Soy libre para dedicar mis talentos al trabajo que elija y responsa­ble por la frustración a causa de lo que nunca quise hacer.

Soy libre para producir los bienes materiales que deseo poseer y único responsable por la frustración de no tenerlos.

Soy Libre para elegir a la pareja con la que deseo compartir mi vida y soy responsable de su felicidad y realización.

Soy libre para decidir traer a otro ser humano al mundo pero soy responsable de su formación y desarrollo.

Soy Libre para compartir la amistad y soy responsable de la lealtad y sinceridad que le debo a mis amigos.

Soy libre para disfrutar plenamente todos los bienes de la creación y el único responsable de mi insatisfacción y vaciedad.

Soy libre de soñar y dejar volar mi imaginación y único responsable de la frustración de tener una vida vacía sin estrellas que alcanzar.

Soy Libre para hacer crecer mi espíritu a su plena realización y res­ponsable de la estrechez de su horizonte.

Soy libre para elegir los ideales por qué luchar y responsable de la calidad del mundo en que yo decidí vivir.

Soy libre para amar a Dios y único responsable de cumplir con la misión histórica de mi creación.

El líder carismático debe ser exigente al comprometer a su gente, pre­sionándola y forzándola a la acción inmediata. Maquiavelo decía: “Na­die apoya el cambio”. El reto es precisamente seducir y guiar al equipo hacia el cambio, contradecir a Maquiavelo creando una atmósfera atractiva de alta presión con fechas límites para alcanzar los objetivos buscados, así como un sentido de urgencia que en esencia exija un desempeño más alto de su personal.

Cuando el trabajo tiene un sentido, cuando el líder puede transmitir a su gente la necesidad de realizar un trabajo de calidad, cuando la misión de servicio de la empresa es clara para todos sus integrantes, se puede lograr un compromiso al cambio más allá de lo extraordinario. El compromiso personal y la voluntad de sacrificio son el resultado de una creencia sincera en la misión de la empresa.

Los líderes deben asignar tareas que contagien un alto grado de mo­tivación intrínseca que justifique el esfuerzo a realizar, el resultado a lograr, y fomente el no convencionalismo para propiciar un ambien­te de confianza que estimule la creatividad y ponga en práctica solu­ciones no probadas.

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