La Toscana es la región italiana más renombrada. Emplazada en el centro de la península con forma de bota, sólo supone 8% del total de la superficie de Italia y aún así concentra gran parte de su riqueza monumental, cultural y medioambiental. Con seis bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y tres Parques Nacionales, la Toscana representa la quinta esencia de Italia y muchos de los valores y cualidades toscanos identifican a toda la cultura mediterránea. La más típica estampa que se nos viene a la cabeza al pensar en un paisaje italiano es Toscana.
Una escapada al corazón de Italia es una promesa que todo viajero debe permitirse cumplir.
Desde Masqueunviaje.com proponemos una ruta para descubrir La Toscana a nuestro aire, utilizando coche de alquiler y disfrutar así de su belleza paisajística y alcanzar las ciudades de destino donde nos alojaremos en seleccionados hoteles con encanto.
Mientras tanto, entre valles y colinas inmaculados nos iremos encontrando con bellos pueblos históricos o pequeños caseríos cuidadosamente conservados. En La Toscana el ondulante mar verde salpicado de cipreses, viñedos y olivos está protegido legalmente, no hay vallas publicitarias, bloques altos, ni basura a la vista y las casas deben construirse con materiales autóctonos.
La primera etapa de nuestro trayecto es Pisa, cuna de Galileo Galilei. Podemos aprovechar la ruta de las tres torres inclinadas para callejear por el casco antiguo de la ciudad. La naturaleza pantanosa de los terrenos de la zona hace que los edificios altos y esbeltos, como los campanarios, se inclinen y que las torres de las iglesias de San Nicola y San Michele degli Scalzi rivalicen en inclinación con el celebérrimo campanario de la Catedral de Santa Maria Assunta.
El conjunto catedralicio pisano está construido dentro de una amplia área amurallada inserta en el centro de la ciudad, es La Piazza dei Miracoli. La plaza, parte pavimentada y en parte cubierta de hierba, aloja el ejemplo más popular de arquitectura religiosa románica de Italia: la basílica Catedral, su campanario exento, el Baptisterio y el Camposanto Monumental. Muy pocas son las ciudades italianas que conservan el conjunto religioso integro, ya que en la mayoría el cementerio siempre fue sacrificado en aras de otros desarrollos urbanos.
El monumental cementerio de Pisa es un enorme claustro rectangular que se dice construido sobre un cargamento de tierra sagrada procedente del monte donde crucificaron a Jesús. Contiene una buena colección de esculturas romanas, sarcófagos y mausoleos, la mayoría cubiertos por las arcadas y algunos en el prado central.
El itinerario recomendado nos lleva a San Gimignano un pequeño pueblo amurallado conocido como el “Manhattan del medioevo“. Con al menos catorce “rascacielos de piedra”, erigidos por antiguas familias adineradas que competían entre si por poseer la torre más alta, la silueta del pueblo situado sobre una colina se puede distinguir a kilómetros de distancia.
Seguidamente nos encontraremos con Monteriggioni, una población medieval fortificada cuya visita supone un autético viaje en el tiempo. Unas cincuenta casas, una bonita iglesia románica y una coqueta plaza mayor, completamente rodeadas por una muralla y catorce torreones defensivos. Todo perfectamente restaurado. La particularidad del lugar se aprecia mucho mejor desde una vista aérea. Curiosamamente, uno de los lugares más reconocidos del pueblo es el restaurante “Il Pozzo”, donde sirven excelentes platos típicos toscano.
El punto y seguido de nuestro viaje es Siena. Una exquisita joya de la Edad Media, con edificios construidos en los siglos XII y XIII mantenidos como si no hubiera pasado el tiempo. Tal es el caso de su majestuosa Catedral cubierta de mármoles, una de las pocas del país construidas completamente en estilo gótico. La Plaza del Campo, conocida mundialmente por alojar cada verano el Palio (las carreras de caballos al estilo mediaval) cuenta con una serie de espléndidos palacios entre los que destaca el Palazzo Pubblico, cuya alta torre es vistable y que es la sede del Museo Civico, donde se exhibe una excelente colección de frescos y tapices. El casco antiguo de Siena se puede visitar con calma en un día, aunque es un plazo insuficiente para contemplar los numerosos museos repartidos por la ciudad.
El punto final de nuestra escapada por la Toscana es su capital. La fascinante Florencia es un gran museo al aire libre, una inacabable sucesión de obras de arte que no dejan lugar al respiro y que puede provocar en quien intenta abarcarlas el llamado Síndrome de Stendhal (manifestado en forma de aumento del ritmo cardíaco, vértigo, confusión e incluso alucinaciones), una reacción psicosomática producida por la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. Ninguna otra ciudad del mundo concentra la suficiente belleza como para llegar de ese modo al alma humana.
Una escapada a La Toscana es más que un viaje.