Una historia en un hotel para mascotas

Una historia en un hotel para mascotas

Todos sabemos bien que estamos en un mundo lleno de violencia. Que las personas viven con miedo y que ese miedo provoca violencia. Pero sabemos muy también que tanto en este mundo como en cualquier otro, siempre el ser humano mostró que está mandado a hacer para demostrar su superioridad como especie. Es muy común en ciertos lugares deportes como la caza, incluso las actividades culturales como las corridas de toros o las domas en mi país, Uruguay, son signos de bestialidad y siempre lo fueron. Cuando uno se levanta todos los días, se lava la cara y se mira al espejo, que piensa? cuales son las motivaciones que existen para ese día?, cual es la razón de ir a los lugares que vamos a ir? cual es la fuerza que nos impulsa a lanzarnos tal como somos? qué es lo que hace que seamos a veces tan dignos de honor y gloria, como de verguenza y castigo. Los deportes que signifiquen violencia, en mi opinión no son buenos, pero peor aún, y más atroz, es saber que estamos involucrando a animales que no tienen ni siquiera conciencia, en nuestra actitud violenta y asesina. Así que este pequeño artículo, esta carta que solo quiere plantearse esas preguntas, es algo que nace de la necesidad de entender cómo y de dónde viene el ánimo que inspira al ser humano a ser cruel y despiadado con otras especies, para así evitar que sucedan calamidades dignas de bestias, que más que civilización, deberían llamarse, y aunque en su retorcida mente les cueste, animales.

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