Si tenemos un mínimo de conciencia ecológica, conviene que sepamos que una de las actividades cotidianas que son más determinantes para el cuidado del medioambiente es la que tiene que ver con la limpieza y cuidado de nuestro hogar. Además, lo mejor es que, con solo unos pequeños cambios en nuestros hábitos en este sentido, podemos estar seguros de que estamos contribuyendo a cuidar el entorno.
Sin duda, el punto más importante es el relativo a la elección de los productos de limpieza. Es evidente que el papel contaminante de la mayoría de estos productos químicos esté fuera de toda discusión. Influyen negativamente en el estado de las aguas de ríos y mares, donde van a parar los restos de su uso.
Debemos asegurarnos de que en su composición no están presentes sustancias agresivas con el medio ambiente. Busca los que tienen etiqueta que les identifica como biodegradables.
Aunque, para muchos, lo mejor es retomar las prácticas tradicionales de limpieza. La efectividad es la misma si usamos las técnicas de hace años, a base de productos como el vinagre, el alcohol de quemar o el bicarbonato. Son excelentes desinfectantes, desengrasantes y eficaces contra todos los tipos de suciedad y, lo que es mejor, absolutamente inofensivos con el medioambiente.
Otro apartado importante es el de la aromatización. Parece que no tenemos la sensación de que una estancia está limpia si no huele bien. Pero, los pulverizadores y ambientadores químicos no casan con la ecología. Puedes sustituirlos por esencias naturales. Algunas de las que más gustan son las de cedro, cítricos, lavanda o pino, por ejemplo.