La Fortaleza de Akershus: un ineludible ícono histórico

La Fortaleza de Akershus: un ineludible ícono histórico

Oslo, capital de Noruega, está ubicada al sureste del país. Cuenta actualmente con 550.000 habitantes y constituye una de las zonas más hermosas del Báltico. El origen se remonta al año 1000 y poco, esto es lo que podemos apreciar de aquellos tiempos remotos. Esta capital narra una historia de múltiples y sucesivos incendios que han ido destruyendo todas sus bellezas. El más notable fue el que tuvo lugar durante el año 1824 ya que acabó con gran parte de las construcciones y, prácticamente la ha bañado en ruinas.

Al andar por sus calles me encontré con una galería de imponentes construcciones modernas y de la más amplia vanguardia. Son numerosos los puntos de atractivo turístico para esta ciudad: museos, sitios de ópera, cruceros que me permiten observar sus llamativas panorámicas y visitar los fiordos noruegos, etc. Sin embargo, todavía se conserva una de las maravillas de las que ha sido testigo esta historia noruega. Me refiero a La Fortaleza de Akershus. Este sitio resulta un punto ineludible para visitar durante la estancia en este país. Si bien es mundialmente reconocido, en varias oportunidades la modernidad y las nuevas atracciones dejan de lado esta reliquia histórica y llamativa, arquitectónicamente hablando.

Según me dijeron esta fortaleza data del Medievo. Se trata de un castillo medieval que fue construido durante el siglo XII. Visitarla constituye una experiencia más que interesante. Se encuentran en perfecto estado de conservación todas sus instalaciones. Los temas estatales de aquella época eran tratados en las salas de banquetes, salas de dimensiones extravagantes donde se daban cita los caballeros y personajes de la historia escandinava conocidos por textos y relatos fantásticos y que, muchas veces, existen en nuestro imaginario colectivo a partir de cuentos de la infancia. De ahí que las sensaciones al conocer sus instalaciones remonten tanto a los acontecimientos históricos como al recuerdo de cuentos maravillosos. Visité también las mazmorras, aquellos sitios donde se encontraban los prisioneros, felpas donde el leit motiv son los ornamentos, etc.

En sus inicios esta impresionante construcción del pasado y del presente, supo ser un castillo; luego, con el pasar de los años se ha transformado en una elegantísima residencia de corte renacentista. Más tarde, ya adentrados en el siglo XX, durante el curso estremecedor de la Segunda Guerra Mundial, los nazis la volvieron terreno oscuro. Su función, siempre bajo su mando, era como prisión y lugar de ejecuciones indescriptibles.

Al visitar las salas, sus recovecos y conocer los amplios usos que se le ha dado y la infinidad de personajes que allí hicieron historia te queda una extraña sensación, como si formaras parte de ese cuento que de pequeña te encantaba. Reconstruída a mediados de 1900, se utiliza como espacio para llevar a cabo eventos relativos al orden estatal noruego. Además de poseer varios museos en su interior. Uno de ellos, y tal vez el de más renombre, es el Museo de las Fuerzas Armadas Noruegas. Este recinto alberga la historia de las fuerzas armadas desde sus orígenes en la época de los vikingos hasta nuestros días. Además, encontramos El Museo de la Prisión construido con el fin de ser la prisión del Estado. Como decía líneas arriba, constituyó el espacio donde el fascismo alemán silenció salvajemente, a través de mecanismos de tortura, a judíos apresados durante su imperio y ocupación.

Otro punto interesante imprescindible a visitar es El Modelo de la Cristiandad. Allí se ofrece un espectáculo multimedia donde me enseñaron la Oslo del año 1840. Mediante este programa de alta tecnología abordan distintas etapas históricas. La Fortaleza de Akershus es más que relevante en lo que a desarrollo y curiosidades históricas respecta. Todos los días, desde la mañana hasta la noche, brinda sus relatos con las puertas abierta.

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