La ortodoncia invisible gana terreno a la metálica

La ortodoncia invisible gana terreno a la metálica

 

La salud es lo primero. Pero si podemos hacer algo por guardar la imagen, bienvenido sea. Los molestos y anti-estéticos “brackets” metálicos que tradicionalmente se han venido empleando en ortodoncias comunes han supuesto muchas molestias, y en ocasiones han producido que el paciente se haya echado atrás a la hora de colocarse un aparato que necesitaba. Por ello, mucha gente está optando cada vez más por la ortodoncia invisible.

La ortodoncia invisible, o como se le conoce en inglés “invisalign”, es un método patentado de ortodoncia que consiste en una serie de piezas similares a los “brackets”, pero transparentes, de ahí que se le denomine invisible. De este modo, se disimula el aparato y se reduce el impacto sobre la armonía y la estética general del rostro, dejando ver la sonrisa y en muchas ocasiones, dando la impresión de que no se lleva nada en los dientes. Es una buena solución para aquellos que rechazaban el aparato por vergüenza a sonreír delante de los demás, a los cuales la ortodoncia metálica tradicional les estaba generando un trauma y les suponía una barrera en sus relaciones personales. Por añadido, resulta un método mucho más higiénico que su predecesor y menos molesto y agresivo con encías, lengua y cara interior del labio y paredes bucales.

En definitiva, estamos ante una evidente evolución en tratamientos dentales que no sólo tienen consecuencias positivas a nivel higiénico y médico, sino que va a traer consigo un impacto muy favorable a nivel social, personal y psicológico para aquellas personas que lo pasen mal al llevar aparato. A partir de ahora ya podrán sonreír sin ningún tipo de complejo.

 

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