Los últimos acontecimientos que se están desarrollando en nuestra Liga, hace pensar que esta, está sufriendo una transición. En lo futbolístico, vamos hacia una Liga a la escocesa marcada por la gran diferencia entre el Real Madrid y el Barcelona. El pasado domingo, el Real Madrid le metió seis goles al Real Zaragoza en un partido sin ningún tipo de aliciente (hasta el propio Florentino Pérez se dormía por momentos), por su parte el Barcelona goleó 5-0 al Villareal.
Una de las principales causas de esta desigualdad, es la desigual distribución de los derechos de televisión. Mientras el Real Madrid y el Barcelona recaudan por este concepto 140 millones cada uno, equipos como el Valencia y al Atlético de Madrid (que deberían aspirar a todo) recaudan 42 millones (nada más y nada menos que ¡100 millones menos!), circunstancia que merma sus posibilidades de optar al título de liga y por ende de hacer la Liga más vistosa y emocionante. Viendo estas cifras, no es de extrañar que incluso las competiciones europeas empiecen a ser un binomio Madrid-Barcelona, puesto que el Manchester United (el club mejor pagado de Inglaterra) ingresa 58,2 millones.
La desigualdad patente en nuestro fútbol, contribuye a que muchos patrocinadores no estén lo suficientemente motivados para invertir en nuestros equipos, así se demuestra si nos fijamos en las camisetas de Valencia, Atlético y Sevilla que han quedado sin patrocinador principal este año.
En lo que a la gestión de la Liga se refiere, tampoco se puede ser más optimista. Los problemas a la LFP le surgen uno detrás de otro, desde el tema de la huelga de jugadores, pasando por los horarios (una gran equivocación en mi opinión), hasta el tema de las radios. El pasado fin de semana, la mayoría de las radios tuvieron que retransmitir los partidos desde sus estudios, puesto que no tenían permitida la entrada a los campos de fútbol.
En definitiva, esta Liga está sufriendo una transición que no hará más que empobrecerla y no sólo a nivel deportivo, sino que también a nivel económico.
