Te he dicho 100 veces que vengas

Te he dicho 100 veces que vengas

Manolo!!!! Ven aquí…. ¡Manolo!!! Que vengas te dije…

Esta escena se repite a diario en los parques de nuestras ciudades y por lo general puede llegar a durar muchos minutos e incluso horas, terminando con un dueño salido de casillas que castiga al perro por su desobediencia.

Por qué ha de venir un perro, si todos los estímulos que le rodean, tales como olores, otros perros, y poder correr al aire libre resultan más interesantes que el dueño?

En muchos casos llamarle con una galleta no funciona ya que los estímulos que mencionamos anteriormente son mas fuertes y total, la comida se puede dejar para luego.

Una verdadera orden de acudir al llamado, debe tener 3 fases del aprendizaje, una primera etapa en donde nuestro perro asocia y entiende que le llamamos siempre para cosas agradables, una segunda etapa en donde le enseñamos a trabajar bajo distracciones y finalmente un tercera fase en donde la disciplina prima sobre los estímulos de ambiente que mencionamos anteriormente.

Un llamado efectivo de nuestra mascota puede ser la diferencia entre, una salida al parque placentera y de disfrute con su perro o una salida cargada de estrés y preocupaciones para usted.

Pensemos solo por un momento que puede pasar si nuestro perro corre hacia otro perro que se encuentra al otro lado de la calle y hace caso omiso de nuestra orden?

En los casos más extremos un buen llamado puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de su mascota.

 www.educanino.com

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