Mi amiga Julia me invitó a visitar su nuevo hogar. La verdad es que tenía algo de curiosidad, se ha construido una de esas casas de madera prefabricadas en la sierra de Madrid y quería ver si de verdad tienen el aspecto de una verdadera casa o si notas que hay algo diferente. Así que acepté su invitación a comer. Yo llevé el vino.
Cuando llegué descubrí que no se trata sólo de la vivienda. Desde las pérgolas de madera hasta la caseta del perro todo en su jardín es de madera. La combinación de colores y barnizados hace que el aspecto final sea muy bonito.
Una vez entramos comprobé que mi amiga tiene una casa muy bonita, cómoda y espaciosa. Ha podido elegir los acabados, decidir cómo quería distribuir la vivienda de mismo modo que se hace en una construcción tradicional. Las casas de madera prefabricadas tienen la ventaja de la rapidez de construcción y del precio, pero no tienen las desventajas que podrían esperarse. Y es que cuando comenzamos a comer y la conversación derivó a otros temas me olvidé de que estaba en un chalet diferente. Se trata de una casa moderna, funcional y útil.
Los viejos amigos siempre lo son
Tras la comida tomamos un café recordando los viejos tiempos. Es lo bueno de los amigos de toda la vida, que cada vez que te encuentras es un día diferente pero tienes tantas cosas para compartir que el tiempo siempre se hace corto. Pudimos charlar de los amigos a los que hace tiempo que no vemos y de nuestras respectivas vidas actuales, tan separadas y tan unidas a la vez.Pasé un día muy agradable, y cuando regresaba a casa recordaba las bonitas pérgolas de madera de las que colgaban flores de colores. Sin duda, una opción a tener en cuenta.