En un gran número de negocios, existen zonas a las que no se le quiere dar acceso a cualquier persona. Esta situación puede darse tanto en negocios pequeños y grandes de cara al público, como incluso en la industria.
Pongamos por ejemplo el acceso a un despacho o a un almacén. Para realizar un control de acceso a esta ubicación podemos recurrir a varias opciones:
La llave o llave de seguridad de toda la vida. No hay que subestimar su eficacia, aunque la llave es susceptible de ser perdida o robada y ser empleada por otros. Con el código correcto, introducido en el teclado numérico, se abriría la cerradura electrónica de la puerta, dando acceso únicamente al usuario que supiese dicho código. Este tipo de teclado de control de accesos suele tener capacidad para un importante número de códigos, lo habitual es que admita entre 50 y 80 con combinaciones que van desde 1 a 8 dígitos. En empresas de mayor envergadura, o cuando la zona a proteger es de mayor importancia, se pueden recurrir a sistemas de control de acceso avanzados, como aquellos que emplean lector de huella digital o tarjetas magnéticas.Estos sistemas de por sí, ofrecen mucha seguridad, pero como siempre, nunca se está seguro al cien por ciento, por lo que estos controles de acceso se pueden reforzar con camaras de vigilancia o una combinación de todos los elementos, haciendo prácticamente imposible que un indeseable se haga con todas las “claves” para poder acceder.
