Cada vez que registramos un nombre de dominio nuevo, la ICANN (Internet Corporation for Assigned Domain Names and Numbers) nos exige que los datos relevantes a nuestro dominio sean incluidos en una base de datos pública llamada Whois. Esta base de datos, al ser de carácter público, es accesible a todo el mundo.
El carácter público de esta amplia base de datos ha hecho que cada vez se estén dando a conocer más casos de mal uso de esta información para realizar envíos de correo no deseado, promover actividades de telemarketing e incluso llevar a cabo acciones de fraude o de robo de identidad. En esta base de datos, todos aquellos datos obligatorios que se nos exigen a la hora de registrar un dominio pueden ser vistos por cualquier persona que navegue por la Red.
Para evitar Spam y robos de identidad, muchas empresas registradoras de dominios, ofrecen un servicio que oculta esta información de registro, sustituyendo los datos reales del cliente por los datos de la empresa registradora. El usuario seguirá siendo el titular del dominio, pero nadie podrá acceder a sus datos ni utilizarlos con fines ilícitos. Así pues, si alguien quisiera coger nuestros datos a través de esta base de datos, solo se encontrará con los datos de la empresa que nos ha registrado el dominio.
El servicio de registro privado que ofrecen muchas empresas registradoras de dominio, permite evitar este tipo de abusos, protegiendo la identidad y los datos de los usuarios. De esta manera, sustituye la dirección de correo original del propietario del dominio por una dirección de correo cifrada y los datos de contacto por los de la propia empresa registradora.
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