Podemos cosechar ahí donde nos encontramos, en este momento, usando lo mejor de nuestros talentos, experiencias, sentimientos y aspectos buenos de nuestra personalidad para proyectarnos a través del trabajo que realizamos y del servicio que podemos prestar a otros.
El trato amable, la sonrisa compinche, la frase de reconocimiento, el gesto amistoso o solidario, el comentario optimista, la palabra de aliento o, simplemente, el saludo de cada día, pueden ser el medio para lograr esa cosecha.
Muchas veces una sencilla acción hecha con conciencia y buena intención, sin pedir o esperar nada a cambio, nos beneficia más que cualquier otra práctica compleja para aumentar nuestro bienestar, el de nuestra familia y comunidad.
Frente a una situación confusa, en lugar de criticar y juzgar, a la ligera, preguntémonos: ¿Cómo podría contribuir para mejorarla o resolverla? Hagamos nuestro aporte consciente, responsable, amoroso y voluntario; encendamos luz en medio de la confusión.
Cosecha, aquella persona que se vuelve solidara, tolerante, comprensiva, conciliadora y que trabaja por el bienestar de los demás. Cosechamos, cuando nos valemos de nuestra experiencia, conocimiento y buenas ideas para superar, solucionar y manejar los problemas, los desacuerdos y las situaciones difíciles.
Si no hay siembra no puede haber cosecha. ¡Comienza a sembrar...! ¡Comienza a cosechar...!
El Equipo de PsicoAyuda
Si tienes alguna consulta, pincha aquí
http://psicoayuda.jimdo.com/15-superacion-personal/mayo-2010/