Incluso antes de la caída del Telón de Acero el viaje a Budapest ya valía la pena, pero después de la caída del boque soviético, el viaje y el alojamiento en la capital húngara se han convertido en una experiencia todavía más positiva.Una estancia especialmente particular y exquisita puede ser, por ejemplo, alojarse en un de los hoteles de gran lujo que se encuentran a orillas del Danubio y que fueron los primeros hoteles de la ciudad hace más de 100 años. Estos hoteles combinan una interesante arquitectura de estilo Art Nouveau con todas las comodidades que un hotel de lujo tiene que ofrecer, además de vistas increíbles del Danubio.
Siguiendo la tradición de Budapest de los balnearios y del amor húngaro por los spas, la mayoría de hoteles poseen instalaciones dotadas de spa, sauna, piscinas de olas y climatizadas, así como salones de masaje y belleza. Encontrará diferentes tratamientos disponibles, como por ejemplo, fisioterapia de acogida, cardioterapia y diversas aplicaciones de agua para la relajación. De esta forma podrá combinar fácilmente el placer de su visita a Budapest con el bienestar de su cuerpo.
Por supuesto que si tiene en mente disfrutar de un festín culinario en Budapest se encuentra en el lugar adecuado. Los hoteles en Budapest de lujo alrededor del Danubio presentan la ventaja de que tienen instalaciones de primera clase, restaurantes, cafeterías y bares. Otra ventaja es la proximidad al centro con la que los clientes cuentan.
Budapest tiene muchas atracciones de interés, como el Barrio del Castillo, Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, la Ciudadela de Gellert Hill y el Bastión de los Pescadores, desde dónde se puede observar una vista magnífica sobre el Danubio, con el famoso Puente de las Cadenas en las inmediaciones.
Para aquellos a los que les guste ir de compras, en el centro de la ciudad y en el Gran Mercado Central encontrarán muchísimas posibilidades.