La relación entre el aire contaminado de determinadas zonas geográficas y las enfermedades respiratorias de sus habitantes ha quedado de manifiesto en diferentes estudios científicos. Y es natural pues, cuando las personas respiran aire repleto de partículas tóxicas e irritantes, estas atraviesan las vías respiratorias y se asientan en los pulmones generando diferentes afecciones.
Es común que, en los países con alta actividad industrial, su población presente un índice más alto de cáncer de pulmón, asma, sinusitis, rinitis alérgica, entre otras afecciones del aparato respiratorio. Pero además se han reportado problemas en la piel e incluso problemas oculares ya que tanto la piel como los ojos están expuestos de forma permanente al aire contaminado.
Ahora bien, hay gobiernos en diferentes partes del mundo que han mostrado una actitud responsable ante esta problemática y han impulsado políticas para subsanar la situación. Entre ellas se encuentran:
- Comunicar a entes internacionales cuál es el nivel real de la calidad de aire en la región. Este dato se conoce como ICA lo cual significa Índice de Calidad del Aire.
- Restringir el tránsito de vehículos que trabajen con combustión interna.
- Establecer un límite diario de desechos gaseosos en las fábricas e industrias.
- Crear campañas de concientización acerca del problema.
¿Qué puede hacer la población?
Si bien la situación escapa del control de los ciudadanos, hay medidas que pueden tomar para que el impacto sea menor.
La más recomendada es el uso de un purificador de aire ya que, podrán respirar aire puro siempre que estén en casa o en la oficina. También deben abandonar el hábito del tabaquismo y circular con las ventanas de los vehículos cerradas.
Estas sencillas acciones pueden lograr un cambio positivo en la salud mientras que las instancias internacionales buscan una solución más contundente al problema de la contaminación del aire.