Desde hace pocos años a esta parte el reciclaje ha pasado de ser algo ajeno a nosotros a formar parte de nuestra vida cotidiana. Atrás quedaron los tiempos en los que los azulejos de la cocina iban a juego con las cortinas, los muebles y hasta con la comida. Ha llegado el día en que tenemos tres cubos de basura bien visibles y cada uno de un color. Si mi abuela levantase la cabeza...
Si bien el reciclado (utilizar el material de un objeto usado para fabricar un objeto nuevo) había sido hasta ahora cuestión de empresas o estado más que de particulares, a lo que siempre hemos tendido de forma natural es a la reutilización, es decir, a darle un nuevo uso al objeto que vamos a tirar. Y si ha habido un campo en el que desde siempre estamos muy acostumbrados a reciclar y, sobre todo, a reutilizar, este es en el automóvil. El primer lugar dónde acudimos a buscar repuestos automovil es un desguace, y eso sucede así desde hace tiempo. Es el mayor ejemplo de reciclaje surgido de forma natural y sin campañas, lo cual demuestra que al final las motivaciones económicas suelen funcionar. Y también que una industria en principio altamente contaminante tiene su parte ecológica de la que aprender.
Había un componente del automóvil que no se podía reutilizar hasta hace poco, pues nadie acude a buscar recambios automoviles de los neumáticos. Pero ahora esto también se está solucionando, y se están utilizando restos de neumáticos para asfaltar carreteras, como aislamiento acústico y para diferentes compuestos de goma. Y es que para este caso aunque sí que había una reutilización tradicional, como columpio o para evitar roces en un garaje, no es suficiente para cubrir el stock. Hay que adaptarse, lo mismo que con los cubos de colores de la cocina.
