Su mirada cálida y penetrante me desnudaba lentamente. Allí sentada frente a él no quedaba ni un solo rincón de mi cuerpo que no hubiera explorado con sus dulces ojos.
Me dejé llevar por los sentimientos que afloraban en mi interior, mi cuerpo temblaba como si fuera la primera vez que estábamos juntos. Mi rostro dibujaba una sonrisa algo tímida, y poco a poco me fui acercando para situarme más cerca de él.
Nuestros labios se fundieron en un bonito beso y algo me hacía ver que aquellos besos eran diferentes a los que nos habíamos dado en otras ocasiones.
Esta vez no tenía miedo de desnudar mi alma y mi cuerpo para entregarme a él. Mi respiración se iba acelerando con los besos que me daba en los labios, en el cuello y con aquellas caricias que me regalaba. Pensé que mi sueño nunca se haría realidad, pero entre sus brazos cobró vida.
Cerré los ojos para disfrutar intensamente de lo que iba a acontecer. Él quería que mis ojos y los suyos mantuvieran el contacto en todo momento mientras dábamos lo mejor de cada uno de nosotros, pero me costaba complacerle porque los nervios se apoderaban
de mí.
Desde ese día comprendí que dos personas cuando se funden en un solo cuerpo tienen la suficiente fuerza para conseguir que los muros que hacen que guardemos las distancias se deshacen y dan paso a momentos únicos.
Ahora recuerdo ese día y tengo la sensación de que por un instante su corazón y el mío se rozaron.
2 Comentarios
2 corazones unidosResponder
2007-09-10 17:46:00Precioso el relato, pero se hizo realidad, o se acaba de hacer real??
2 corazones unidosResponder
2007-09-10 17:48:00Un relato precioso, pero una pregunta? Al final te has enamorado??