Hace ya tres años que nos conocemos y hemos atravesado momentos buenos y menos buenos. La mayoría de ellos puedo decir que han sido bonitos y que los recuerdo con cariño.
Cuando estamos juntos siento que el habernos conocido no ha sido simple casualidad. Y aunque no nos vemos muy a menudo, siempre descubro algo más de tí y consigues que unas horas sean inolvidables.
Hemos compartido largos paseos, largas conversaciones y ese conocimiento se va haciendo mayor. Algunas veces puedo mirarte y saber qué vas a decir o cómo vas a reaccionar ante una situación.
Últimamente me has ofrecido la oportunidad de acercarme algo más a tí y descubrir esas cualidades que te hacen tan especial. También tienes tus defectos como yo tengo los míos, pero el verdadero valor de la amistad se basa en aceptar tanto las cosas buenas como las menos buenas del otro, y quererle tal y como es sin sentir la necesidad de cambiarlo.
Si ahora estuvieras aquí y pudiera mirarte a los ojos, te daría las gracias por enseñarme que se puede ser feliz cuando uno descubre el verdadero valor de la amistad.