Bilbao a pesar de ser una ciudad eminentemente industrial en los ultimos años ha sufrido una serie de transformaciones que la han convertido en una de las ciudades más cosmopolitas de España.
La tradición y la modernidad se mezclan en la capital de Vizcaya donde las tradiciones más arraigadas conviven con su población joven y su arquitectura moderna.
El Guggenheim se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad. El museo de arte contemporaneo obra de Frank Gehry supuso el espaldarazo definitivo a la modernización de la ciudad, que desde los 80 sufria toda una reconversión industrial con el cierre de fábricas, astilleros, y altos hornos. Los amantes de la arquitectura moderna que visiten Bilbao tampoco pueden perderse el Palacio, el puente de Euskalduna y las torres de Isozaki.
Otro de los emblemas de Bilbao es el txikiteo. Nadie que visite Bilbao puede dejar de dar un paseo por su casco viejo para ir de taberna en taberna probando los pintxitos que se amontonan en las barras y tomando vasos pequeños de vino o zuritos (vaso pequeño de cerveza). Ha de quedar claro que el txikiteo no es solo tomar un tentempie, sino todo un acto social con los amigos.
Esta cultura también se refleja en algunas de las festividades más populares de la ciudad, como en Santo Tomás, el 21 de diciembre. Ese día se exponen en Bilbao los productos tradicionales de los “baserris” (caseríos) y todo el mundo puede acercarse a comprar o a degustar estas delicias en un ambiente festivo. Es habitual probar el talo con chorizo y el txakoli.