Teorizar sobre la mejora de las relaciones y sobre las virtudes del amor es fácil.
Ofrecer la otra mejilla, ceder para evitar un conflicto, dar la razón aunque el otro no la tenga, son contenido frecuente de los consejos que recibimos para vivir mejor.
Me parece bárbaro que tengas la capacidad de ofrecer la otra mejilla, ceder y dar la razon aún sin razón, pero, en la mayoría de los casos, eso no te lleva a vivir mejor.
Para vivir mejor hay que palpar la vida diaria, percibir y asimilar las miles de situaciones que se generan en el complejo mundo en que vivimos, en el multifacético ambiente en que nos movemos.
¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que amar a otro ser humano no significa dejar que te manipule, que evitar un conflicto no implica abrir la puerta para que el otro cometa arbitrariedades.
Defender la firmeza y corrección de nuestras decisiones también es una forma de demostrar respeto y amor.
Competir con otro individuo es una forma de hacer valer nuestras cualidades y condiciones personales, pero no debe ser una herramienta para degradar al otro.
Creo firmemente que en la sociedad en que vivimos, los valores no deben ser dejados de lado, pero debemos ser conscientes que en el siglo XXI los problemas son mucho más complejos que décadas atrás; ante ello, debemos mejorar los métodos para defender y proteger los valores que creemos vigentes y esenciales, pues de esa manera no serán arrancados por los vientos intempestivos del progreso y del consumismo.
Hasta pronto.
Carlos Cabrera
www.onlineparalavida.com
Juntos crecemos. Juntos es mejor.
