Muchas de las cimentaciones en la actualidad suelen hacer un gran uso de micropilotes dado que gracias a su gran resistencia a la compresión y también a la tracción, proporcionan un importante sustento a la edificación donde estos se encuentren. Además estos están reforzados al estar conformados de tubos de acero y también al ser dispuestos dentro de un orificio realizado en la propia construcción, el cual es rellenado por una lechada de cemento inyectado, haciendo que sean muy robustos.
Las características de los micropilotes les permiten soportar grandes capacidades de carga (de 30 a 150t) así como tracción y una gran compresión, con mínimas deformaciones y una gran resistencia al rozamiento o fuste, haciendo que éste sea una de las opciones más usadas en la construcción.
Un micropilote es bastante parecido a los pilotes más comunes, especialmente en lo referente a su uso aunque se diferencian según su sección, el esfuerzo que debe soportar y los materiales. Una de sus principales características es que pueden ser usados para recalces, reforzar la estructura y sostener unos cimientos ya existentes o usados como cimentaciones profundas en aquellos lugares donde no hay espacio para colocar los pilotes tradicionales entre otros ejemplos.
Antes de trabajar con los micropilotes hay que realizar un completo informe geológico del terreno donde se va a trabajar, teniendo en cuenta que debe cortarse en el nivel de la capa freática para tomar en cuenta todas y cada una de las características mecánicas del terreno a edificar, para evitar futuros problemas de asentamiento que puedan presentarse en un futuro.
En lo referente al proceso constructivo hay que seguir determinados pasos de importancia, prestando especial atención a la limpieza del lugar, su posterior perforación, la colocación de la armadura, todas las tareas de inyección, lo que se conoce como descabezado y también la soldadura de las armaduras.