El otro día me compré una revista de trajes de novia. No, no voy a casarme, ni ganas, pero lo que sí necesito es pillar ideas para diseños y eso me viene que ni pintado. El motivo es que me estoy iniciando con un hobby que a ustedes les va a sonar muy raro, pero que, créanme, es divertidísimo. Lo que estoy empezando a hacer es confeccionar trajes para muñecas, y me refiero a muñecas Barbie. ¿Lo ven? Un hobby extraño. Sin embargo, cuando no tengo nada que hacer, me lo paso de maravilla haciéndolo, y saliendo a comprar las telas y los materiales, y leyendo tutoriales en internet, etc.
Empecé haciendo algo muy sencillo: trajes de baño; primero los de dos piezas, y luego los de uno. El resultado fue bueno y me permitió pillar base para hacer atuendos un poco más elaborados, y así, empecé con las faldas, los pantalones, los jerseys y lo leotardos. No siempre me han salido bien, claro está, pero como llevo ya un tiempo haciendo esto, cada vez me sale todo mejor. Tanto, que he decidido dar el siguiente paso: vestidos de ceremonia. Dentro de ese concepto entran también, a mi juicio, los vestidos de fiesta, como los típicos de la ceremonia de los Oscar.
Pero yo siempre he querido confeccionar uno de novia, con su velo, y todo. Por eso, esta revista es perfecta, porque es muy gruesa e incluye una enorme variedad de trajes barrocos, en general, y sobre todo, de boda (que es a lo que se dedica en esencia, claro). De momento, ya he hecho el velo de uno y estoy más que satisfecha; ahora, a ver qué tal se me da el resto. Yo creo que bien. La dificultad estriba en la falda, que es amplia y tiene numerosos encajes dorados. Pero sin reto, no habría diversión; y yo quiero divertirme.
