La repercusión de una mudanza en los niños

La repercusión de una mudanza en los niños

Evidentemente, ningún padre quiere que el traslado del domicilio familiar suponga un problema para sus hijos. De hecho, lo normal es que con el cambio de residencia lo que se busque sea mejorar las condiciones de vida de la familia: una casa más grande, un mejor barrio…

Convertir nuestra mudanza en un acontecimiento positivo pasa por hacer a todos los miembros de la familia partícipes de ella. En el caso de los más pequeños, es imprescindible que se les explique con antelación lo que va a ocurrir, que puedan visitar la zona a la que se van a mudar, que se familiaricen con sus nuevos espacios. Y ello, siempre destacando aquellos
aspectos que más atractivos les puedan resultar a ellos.

Es muy importante que sus habitaciones sean las estancias que se organicen en primer lugar. Si se pueden evitar los cambios de mobiliario en un primer momento, mejor. Y, en todo caso, hay que dejar a los más pequeños de la casa participar en la decoración y elección de todo lo que tiene que ver con sus habitaciones.

A pesar de todo, hay que estar alerta ante la aparición de los síntomas de que algo no va bien.
Hechos evidentes como que mojen la cama o se chupen el dedo, en los más pequeños, son una clara señal. Problemas con el sueño, con la comida, alteraciones en su carácter y ánimo son motivo suficiente para que consultemos con un especialista.

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario